Una de las propuestas que he recibido para tratar en el blog es sobre el Periodo de Adaptación.
Pues bien, ahí vamos, el periodo de adaptación, puede ser definido como el tiempo que el niño o la niña necesita, para alcanzar su bienestar integral en el centro educativo.
Esto es, la adaptación que necesita para entender varios aspectos de la escuela, entre ellos: la aceptación de su separación con las personas de referencia (familia); la necesidad de adaptarse a unas nuevas rutinas desconocidas; la convivencia con un grupo de iguales, desconocidos en un inicio; la confianza con la persona o las personas de referencia (educadores) en el centro; la aceptación de las esperas y cumplimiento de turnos en sus demandas; y un largo etcétera...
Por todo ello, como educadores tenemos que tener una especial sensibilidad y empatía, con todos y cada uno de los alumnos que inician su “vida educativa” a nuestro lado.
Lo fundamental, antes de iniciar las actividades o rutinas de la escuela, es crear un clima de confianza, de forma general en el aula con todo el grupo y un vínculo de confianza y afecto a nivel particular con cada alumno, teniendo en cuenta, sus necesidades y demandas individuales.
Hay niños y niñas que enseguida estrechan un lazo, tanto como con el educador como con el grupo de iguales, pero en cambio, hay otros a los que les cuesta, especialmente, entender que en la escuela no estarán presentes su figura o figuras de referencia y con las que tienen una fuerte dependencia.
Los primeros días en la escuela, será fundamental, “dejar hacer” a los niños y las niñas libremente, que investiguen, exploren y conozcan el entorno, entendiéndolo como el espacio donde convivirán durante una larga temporada.
Los educadores, podemos interactuar con ellos, en medida que ellos lo permitan, ofreciéndoles materiales que puedan ser de su interés o dándoles el afecto y el acompañamiento que necesitan.
Las actividades estarán enfocadas, tanto en el descubrimiento y uso del espacio y los materiales, como en la convivencia con el resto de compañeros y educadores.
Se pueden proponer, las “actividades clásicas”, reproducción de canciones conocidas por ellos, donde libremente, puedan bailar, cantar, escuchar, observar al resto,...
Si el grupo está más o menos tranquilo, podemos iniciarnos en contar algún cuento, en un inicio mostrarán interés unos pocos y poco a poco, se irán agregando al grupo alguno más.
A través de las canciones o cuentos, podremos proponer alguna actividad relacionada donde desarrollen la expresión artística.
A mi modo de ver, el “éxito” del periodo de adaptación radicará en la existencia de una estrecha colaboración entre la familia y la escuela.
Con anterioridad a la incorporación, la familia deberá ir preparando y contando al niño o la niña los “puntos positivos” de la escuela: juego con amigos, disfrute de canciones y cuentos, actividades diferentes a las de casa...
Asimismo, es fundamental la actitud positiva y alegre en el momento de “dejar” al niño en la escuela. Si los niños perciben sufrimiento o preocupación, por parte del familiar que lo deja en la escuela, ellos estarán angustiados y se sentirán “abandonados”.
Es importante explicar a los niños, por muy pequeños que sean, lo que van a hacer en la escuela y sobre todo, que va a ser un tiempo limitado y posteriormente, el familiar acudirá siempre a recogerlo. Poco a poco, y con el transcurso de los días, los niños vivencian está situación y son capaces de aceptar la situación.
Cabe recalcar, que el periodo de adaptación, no es fácil, para ninguna de las partes: niños, familias y educadores. Pero la “clave” estará en tener paciencia, amor y dedicación. Además de esto, hay que exponer a la familia la importancia de hacer el periodo de adaptación de forma escalonada y progresiva, en pequeños grupos, con un estancia de unos 45 minutos el primer día e ir aumentándolo en los días posteriores, hasta completar la jornada completa en una semana.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta que se plantean en las Escuelas Infantiles, es si es beneficioso o no que los padres permanezcan el primer día en el aula junto a sus hijos.
Mi experiencia y visión es que esta idea es buena para los padres, que sienten la necesidad de conocer y controlar todo, pero mirando a los niños, bajo mi punto de vista, no es tan beneficioso. Si los primeros días, el niño o la niña está acompañado, no va a entender que al día siguiente, se quedará solo, esto les produce mucha confusión y frustración.
Para finalizar la entrada, me gustaría puntualizar unos aspectos y actividades específicas para cada uno de los 3 niveles:
Nivel 0-1 ( Bebés): El periodo de adaptación suele ser bueno para los niños y las niñas, pero "muy sufrido" para los padres. Debemos tener paciencia y comprender la difícil situación por la que atraviesan. Se deben sentir escuchados por nuestra parte y es importante, que les comentemos todos los detalles referentes a su hijo/a acontecidos durante la jornada. Poco a poco, la familia estará más confiada viendo que todo transcurre con normalidad y que su hijo/a tiene cubiertas todas las necesidades básicas: alimentación, higiene, descanso y afecto.
Nivel 1-2 años: es un nivel “difícil”, ya que en este año tienen lugar cambios muy significativos, suele ser el cambio de alimentación (pasando del puré al sólido), el inicio de la marcha, el comienza del lenguaje... El periodo de adaptación para este nivel suele ser bastante complejo, los niños suelen estar “desconcertados” con la situación y lo expresan a través del grito y llanto. Esta situación angustiosa suele ser “contagiosa” y compartida por todos. Por ello, es importante, hacer la entrada escalonada (mencionada anteriormente), para que en pequeños grupos los niños vayan conociendo el espacio, los materiales, a los compañeros y educadores.
Una propuesta que suele funcionar, es crear un espacio o rincón de la “calma”, esta incluirá cojines, telas, cuentos, peluches, pelotas blanditas.... donde los niños que se sientan “angustiados”, puedan acudir libremente al rincón y relajarse, observando desde allí, lo que va sucediendo en el aula desde una perspectiva “ajena”, para que cuando estén preparados puedan participar con el resto. Pondremos una música relajante de fondo y ofreceremos materiales, para que poco a poco se vayan acercando e interactúen con ellos.
Además, daremos la oportunidad a los niños de traer un objeto de apego de casa, que les dará tranquilidad y seguridad.
Nivel 2-3 años: el periodo de adaptación suele ser más tranquilo que en el nivel de 1-2, ya que de los 20 alumnos, 14 suelen ser alumnado ya escolarizado en el nivel de 1-2. Por lo que, los de nueva incorporación no serán más de 6 niños. Estos al ver el clima tranquilo y cómo interactúan los niños ya escolarizados, su periodo de adaptación será más fácil e irán imitando conductas y rutinas.
Entre las actividades para este nivel, podemos destacar la lectura y dramatización de cuentos, posteriormente, pueden hacer un dibujo o participar en la creación de un mural relacionado con la temática del cuento.
Son de gran ayuda, las actividades que sirvan para conocer los nombres de los compañeros a través de juegos de presentación.
En el aula de 2-3 años, podemos utilizar diferentes técnicas de presentación durante el periodo de adaptación. Estas técnicas tendrán como finalidad, el conocimiento de todo el grupo.
Un buen momento para poder hacer juegos de presentación es el momento de la asamblea: Utilizaremos las fotos de los niños y las niñas; y a partir de ellas, haremos diferentes dinámicas, como puede ser coger cada foto y preguntar al grupo "¿quien es?" y este, responderá con su nombre; otra opción será, el grupo de niños estará sentado en círculo y cada niño, dirá su nombre y dará los buenos días a los amigos.
Otra buena ocasión, será hacer los juegos de presentación en una sesión de psicomotricidad, los niños estarán dispuestos en fila y según suban por el “módulo con forma de escalera” dirán su nombre. Otra variante, puede ser que cada vez que se sitúen dentro de un aro, digan su nombre a los amigos.
Si tenemos un grupo “tranquilo y maduro”, podemos situar a los niños en círculo, estos se irán pasando la pelota unos a otros y cuando la reciban, dirán su nombre en voz alta.
También, podemos pedir fotografías de las familias a cada alumno, para que nos cuente sobre su familia. Esta actividad solo se puede hacer, cuando están adaptados, porque si, no lo están, en vez de darles confianza y tranquilidad, echarán de menos a su familia y se sentirán mal por no estar con ellos.
En este nivel, ya que son los “mayores” de la escuela, se pueden organizar “salidas” del aula para conocer las distintas dependencias del centro. Se puede visitar la biblioteca, el huerto, la cocina, y cualquier otra dependencia del centro. Les gusta mucho ir a la clase de los bebés y “mecerlos”, ponerles el chupete, darles juguetes, etc., porque así, se sienten “mayores” y que nos pueden ayudar.
Por último, en los primeros días podemos construir entre todos la mascota de la clase o un mural que nos represente, funciona muy bien que cada clase se identifique con un nombre relacionado con distintas tipologías: animales, lugares, objetos cotidianos, títulos de cuentos…
Y nada más… Hasta aquí la entrada de hoy: PERIODO DE ADAPTACIÓN , espero que os haya gustado, me comentéis y dejéis ideas para el siguiente post =)
Muchas gracias por leerme =)
Un abrazo
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